jueves, 5 de junio de 2014

13 Etapa. Samos-Melide

Amanece frío en Samos. 
En realidad hace un frío terrible para la época del año que estamos, pero el día luce soleado, al contrario de lo que decían las previsiones, eso significa que a medida que el sol ascienda la temperatura se normalizará. 
Puesta a punto de la bici como cada día, y partimos dirección Melide que será el fin de etapa.  
Hoy se presentan 75 km de continuo sube y baja que según dicen, acaba con la moral de cualquiera.
Primera parada en Sarria, sin problemas, suave descenso con alguna cuesta. Paramos a hacer un café con leche, y pronto continuo dirección Portomarin. Ahí comienzan las primeras cuestas.
El paisaje, muy típico, es muy bonito, impresionan las vistas de los valles con tantos matices de verdes.



Entorno rural al cien por cien, compuesto por pequeños pueblos o aldeas.
Llegamos a Portomarin, bonito pueblo que los ciclistas rodeamos porque nada más llegar hay una gran escalinata que sube al núcleo urbano.



A esas alturas de trayecto, mi rodilla ya había despertado y se empezaba a quejar del palizon  de ayer. La verdad es que está bastante resentida, y ante el temor que la cosa fuera a más, he parado en una farmacia y he comprado una rodillera, que en los siguientes kilómetros ha hecho bien su función.



La etapa ha proseguido con continuos repechos, y ahí la rodillera no ha sido suficiente, pero había que seguir, así que parando más de la cuenta, he recorrido  los kilómetros como he podido. 


Aquí, la fauna autóctona. Está lleno de ellas.


He llegado a Palas de Rei bastante apuradillo, pero con estiramientos y paciencia he conseguido hacer meta en Melide. Ahora una recuperación intensiva, porque mañana quiero llegar a Santiago al sprint.


Mañana última etapa, y llegada a Santiago de Compostela.










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